¿Sabías que el color de una pastilla puede influir en su efecto?
El color no solo es estético: también puede cambiar lo que sentimos al tomar un medicamento.
Aunque parezca un detalle menor, el color de una pastilla puede influir en la percepción y en la respuesta del paciente. Varios estudios han demostrado que los colores afectan cómo las personas sienten el efecto de un fármaco, incluso si el principio activo es el mismo.
Por ejemplo:
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Pastillas azules o verdes suelen asociarse con calma, por eso se usan en ansiolíticos o medicamentos para dormir.
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Pastillas rojas o anaranjadas generan una percepción de energía, por eso se utilizan en estimulantes o analgésicos.
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Colores brillantes se asocian con alegría y vitalidad, usados en vitamínicos.
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⚫ Las pastillas negras o marrones suelen percibirse como más “fuertes” o “serias”.
Este fenómeno se relaciona con el efecto placebo y con la psicología del color. Nuestro cerebro reacciona a los estímulos visuales y puede “prepararse” para cierto tipo de efecto según lo que ve.
Además, el color puede mejorar la adherencia al tratamiento: cuando una pastilla es fácil de identificar o más agradable visualmente, el paciente tiene más probabilidades de tomarla correctamente.
Los laboratorios saben esto y muchas veces eligen los colores estratégicamente, no solo por diseño, sino también para reforzar el efecto terapéutico y reducir el rechazo.
Dato FarmaCurioso:
Dos pastillas con la misma fórmula pueden generar distinta respuesta en el paciente, solo por tener colores diferentes. ¡Así de poderosa es la mente en la medicina!
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