No respetar las condiciones de almacenamiento de los medicamentos

Guardar un medicamento donde no se debe puede hacer que pierda su efectividad… o incluso se vuelva peligroso.

Uno de los errores más comunes tanto en farmacias como en el hogar es almacenar incorrectamente los medicamentos. Aunque muchas veces no se nota a simple vista, las condiciones de temperatura, luz, humedad y ventilación pueden alterar la estabilidad química y física del producto.

Por ejemplo, antibióticos en suspensión que deben refrigerarse después de preparados suelen ser dejados a temperatura ambiente. Esto reduce su efectividad y puede comprometer el tratamiento. Lo mismo ocurre con supositorios o cremas, que pueden derretirse o separarse si se exponen al calor excesivo.

Otro caso común es guardar medicamentos en el baño, donde hay altos niveles de humedad, lo cual favorece el deterioro de comprimidos y cápsulas. Incluso la exposición a la luz solar directa puede degradar sustancias fotosensibles, como la furosemida o ciertos antipsicóticos.

En las farmacias, no respetar la cadena de frío en vacunas, insulinas o productos biológicos puede invalidar completamente su efecto. Y lo más grave es que muchas veces estos productos siguen siendo dispensados sin saberlo.


Consejo FarmaCurioso:
Lee siempre la etiqueta y sigue las recomendaciones del fabricante. No todos los medicamentos van al refrigerador. Algunos necesitan estar entre 15 °C y 25 °C. Si hay dudas, consulta al farmacéutico.

Conservar bien un medicamento es parte fundamental de su eficacia.

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