Confundir concentración con dosis: el error más común en farmacia

Muchos profesionales y pacientes creen que 5 mililitros siempre equivalen a 5 miligramos. ¡Grave error que puede costar caro!

Uno de los errores más frecuentes en farmacia, tanto en la práctica profesional como entre los pacientes, es confundir la concentración con la dosis. Este malentendido puede parecer pequeño, pero tiene consecuencias graves.

Por ejemplo, un jarabe pediátrico puede tener una concentración de 250 miligramos por 5 mililitros (250 mg/5 ml). Si el médico indica que el niño debe tomar 250 miligramos, eso no significa que debe tomar 250 mililitros. ¡Debe tomar solo 5 mililitros! Aquí es donde muchos se confunden: la dosis es la cantidad de principio activo, mientras que la concentración es cuánto principio activo hay por mililitro, cápsula, tableta, etc.

Esta confusión también ocurre en gotas oftálmicas, inyectables, soluciones orales, incluso en cremas. En algunos casos, el error lleva a sobredosificación (con riesgo de toxicidad) o infradosificación (con pérdida de eficacia del tratamiento).

Además, cuando se realiza una sustitución en farmacia, si no se presta atención a la concentración del producto nuevo, se puede entregar un medicamento que no cumple con la dosis indicada por el médico.

¿Qué hacer?
Como profesionales farmacéuticos, debemos leer cuidadosamente la prescripción médica, confirmar la dosis exacta y asegurarnos de que el medicamento entregado tenga la concentración adecuada. También es importante educar al paciente: explicar con calma cuántos mililitros debe tomar según su receta, o cuántas tabletas corresponden a su dosis.


Consejo FarmaCurioso:
Siempre revisa si la receta indica miligramos (mg) o mililitros (ml). ¡No es lo mismo! Una diferencia de número puede significar una gran diferencia en el efecto del tratamiento.

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