Omitir preguntar por alergias antes de dispensar medicamentos

Una simple pregunta puede evitar una reacción adversa grave… o incluso salvar una vida.

Un error muy serio y tristemente común en la práctica farmacéutica es no preguntar al paciente si tiene antecedentes de alergias antes de dispensar un medicamento. Aunque muchas veces se asume que el médico ya lo ha considerado, la farmacia es la última barrera de seguridad antes de que el paciente tome el medicamento.

Hay personas que son alérgicas a ciertos antibióticos, como la penicilina o sus derivados, y pueden sufrir reacciones que van desde una erupción cutánea leve hasta un choque anafiláctico. También existen alergias a excipientes como colorantes, lactosa o conservantes, especialmente en niños.

En farmacias comunitarias, es fundamental tener el hábito de preguntar directamente:
“¿Tiene alguna alergia conocida a medicamentos?”

Además, si el paciente está comprando sin receta, o alguien más viene a comprar por él (como ocurre con niños o adultos mayores), debemos recalcar que se consulte antes de administrarlo.

Incluso en productos aparentemente inocuos como analgésicos de venta libre o antigripales, pueden contener componentes que causan alergias a ciertos pacientes, especialmente si ya han tenido reacciones antes.

Consejo FarmaCurioso:
Haz siempre la pregunta:
“¿Es alérgico a algún medicamento?”
Y si el paciente no está seguro, recomiéndale consultar antes de iniciar el tratamiento. ¡Una pregunta a tiempo puede evitar una tragedia!